Una compañera que puso el cuerpo en el peor momento
Hoy perdimos a una compañera que puso el cuerpo en el peor momento, sabiendo que arriesgaba su propia vida. De manera valiente se puso al hombro las ollas populares de día y de noche durante esta pandemia, cuando la comida no llegaba, cuando el Estado demoraba, cuando los pibes revolvían cada vez más seguido la basura para poder comer.
Susana fundó el Comedor del Barrio Lanzone, en José León Suárez, San Martín, eligió la organización comunitaria para poner su granito de arena contra las injusticias de las que son testigos quienes habitan los barrios populares del Conurbano.
Contagió con su ejemplo. Decidió no ser neutral ante tantas necesidades básicas que vivían sus vecinos y vecinas. Eligió comprometerse con trabajo duro y cotidiano, desde el pie. Optó por involucrarse desde la primera línea, arriesgando su vida.
Perdimos una compañera indispensable.
No hay palabras que alcancen para tanta bronca y dolor.
Nuestra única esperanza, la de sus compañeras del Comedor La Hora Feliz, la de sus compañeros del Barrio Lanzone, la de quienes compartimos su trabajo y su dedicación, es que su ejemplo sea un incentivo para multiplicar su lucha y la de todas las trabajadoras de la economía popular que hacen concreto día a día, desde los barrios olvidados, el sueño de un futuro mejor para nuestros pibes y pibas.