Asesinos Legales
Facundo Castro, de 22 años, desapareció el 30 de abril del 2020, cuando viajaba hasta Bahía Blanca. Las últimas personas que lo vieron con vida son policías de la bonaerense, que lo detuvieron por violar la cuarentena. La policía le sacó fotos a su carnet de conducir y a él mismo, cuando había sido detenido. Objetos personales de Facundo fueron encontrados en la comisaría de Teniente Origone, donde según la Policía Bonaerense, nunca había estado. Hace diez días se encontró un cuerpo en una zona que ya había sido rastrillada y que ya fue peritado por el equipo de antropología forense y dará a conocer los resultados en unas semanas. Cristina, la mamá de Facundo, cree que es el.
Sergio Berni aseguró que la teoría de “desaparición forzada” fue un show y ya insinuó la posibilidad de que Facundo murió a causa de un “accidente”. El Presidente Alberto Fernandez recibió a la mamá de Facundo, poniéndose a disposición.
Franco Daniel Martínez, de 21 años, oriundo de Lomas de Zamora, estaba desaparecido desde el 23 de julio pasado, y fue encontrado el viernes ahorcado a un árbol en la Reserva Ecológica de la Ciudad de Buenos Aires, cerrada al público por la pandemia. El fiscal a cargo de la Fiscalía N°11 de la Ciudad de Buenos Aires, quiere cerrar la causa bajo la carátula de “suicidio”, la fiscalía no atiende a la familia y a pesar de que Franco tenía el dni en el boslillo del pantalón cuando fue encontrado, la familia tuvo que esperar a reconocer el cuerpo para identificarlo.
Sobre Franco, hasta ahora solo se conoce la intención de la fiscalía de cerrar la causa, a pesar de las certeras dudas de la familia y la incoherencia en el accionar.
En un país con memoria, pensar en la desaparición forzada de personas no es casualidad, ni es prensa: Miguel Bru, Luciano Arruga, Santiago Maldonado, Julio López, Daniel Solano, Kiki Lescano o los casos de Trata como los de María Cash y Marita Verón -por nombrar solo algunas-, son un claro ejemplo de responsabilidad estatal de desapariciones forzadas, en su amplio sentido.
El Estado debe garantizar nuestros derechos y la policía cuidar a los habitantes. Pero fue la policía quien mató a Luciano, a Miguel, a Kiki. Fue la gendarmería quien asesinó a Santiago.
Hay un Estado cómplice cuando desaparece Marita, Maria y miles de mujeres, niños, niñas para ser explotadas sexualmente en redes de trata, con la clara articulación de la justicia y la policía.
Hoy vivimos momentos muy duros. Nuestro pueblo debe organizarse para sobrevivir una pandemia que azota con muerte y hambre. Para nosotrxs, los sectores mas humildes, el panorama nunca es alentador, pero al menos se tiñe de esperanza con un Estado que está presente con políticas públicas que intentan dar un respiro.
Cuando Facundo no aparece, cuando el Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires Sergio Berni intenta desviar la verdad, la esperanza se apaga.
Berni atenta contra la memoria y la inteligencia de todo el pueblo. Tiene a su cargo una policía que ejerce el gatillo fácil y que alienta el maltrato hacia nuestrxs pibxs. Es el ministro que ha defendido la versión policial y tratado de mentirosa a la familia de Facundo. No es posible terminar con el gatillo fácil con funcionarios así. No es con esta policía. No es con Berni.
Es hora de una reforma profunda de la fuerza de seguridad marcada por la violencia institucional. Es hora de que dejemos de vivir con miedo a que nuestros pibes y pibas no vuelvan a casa.
Exigimos Justicia por Franco y se investigue su muerte.
Seguimos Buscando a Maria y Marita y a todas las pibas desaparecidas en redes de trata.
Seguimos exigiendo la aparición con vida de Facundo Castro.
Basta de complicidad policial!