Siempre estaremos de este lado, luchando por Tierra, Techo y Trabajo.
Como trabajadores y trabajadoras de la economía popular, quisiéramos estar discutiendo cómo llevar adelante un proyecto de país con tierra, techo y trabajo, que garantice el desarrollo humano integral de todos/as. Pero la realidad nos lleva a estar exigiendo lo mínimo para subsistir, lo que nos vienen prometiendo desde el año pasado: trabajo en la economía popular y aumento de alimentos para los comedores de los barrios populares.
Desde el comienzo del aislamiento estamos poniendo el cuerpo y el corazón, arriesgando nuestra salud para enfrentar el hambre en las barriadas. La situación social es crítica. Después de meses de espera y falta de respuestas, nuestra última opción fue salir a defender nuestros derechos para seguir enfrentando la pandemia con el piso de dignidad que nos adeudan.
Empezar por los últimos no es “contener” con lo menos posible para administrar la miseria. Para empezar realmente por los últimos de la fila hay que tener la fortaleza de transformar, cuestionar y enfrentar a los que se enriquecen a costa de nuestro descarte, porque si la manta es corta hay que cubrir a los y las que más lo necesitan.