¿Qué lugar ocupan las infancias y adolescencias en nuestras vidas sociales, políticas, públicas y privadas?

Empezamos el año con la misma pregunta que ya nos hacíamos durante meses. Dónde está Guadalupe? Jugando a las escondidas en su barrio en la provincia de San Luis, fue secuestrada y nunca más se supo de ella. Aún hoy nos hacemos la misma pregunta… ¿Dónde está Guada? No hay respuestas.
Tampoco sabemos dónde está Tehuel, un pibe trans que en marzo del 2021 fue a buscar trabajo y nunca más se supo de él. Las pericias fueron lentas y no hay avances sobre su búsqueda, a pesar de encontrar rastros de sangre en la casa de uno de los acusados. Tampoco hay respuestas.
Hace unos días, violaron y asesinaron a Pamela Julia Fernanda Flores de 12 años. Su cuerpo fue descartado a la vera de una ruta en Salta. La justicia detuvo a un pibe de 17 años con el que se le inventó una relación, intentando sexualizar a la niña víctima. Su comunidad ya desestimó esta posibilidad y exige que el hecho sea investigado y que sean atrapados los verdaderos culpables.
A principios de este año, se lanzó la Campaña por Martin, en respuesta al sobreseimiento de un abusador y el pedido de su revinculación con su víctima. Martin expresó el abuso de su progenitor, y las pericias han confirmado su relato y sin embargo la justicia naturaliza el abuso, sobreseyendo al abusador. No es el primer caso, sino que esta práctica judicial se está haciendo costumbre dentro de los tribunales.
Tienen métodos, tienen estrategias y tienen al poder judicial de su lado. Estiman teorías falsas sobre las mamás que cuidan, re victimizando las infancias.Inventan hipótesis sobre las vidas de las niñas y niños, pibes y pibas, que los medios hegemónicos repiten y repiten haciendo lo imposible por volverlas realidad.
En otro plano de cosas, ayer nos desayunamos con la ministra de Educación de la ciudad, Soledad Acuña, expresando públicamente “Es muy tarde para buscar a los chicos que no regresaron al aula. Están perdidos en el pasillo de una villa o en el narcotráfico”. Es tarde para la ministra, porque les pibes son desechables para las políticas públicas de la ciudad. Si no te descarta el gobierno porteño te mata una bala de la policía de la ciudad, como pasó con Lucas y como pasó con tantos otros pibes de los barrios populares.
En este segundo año de pandemia, mas del 50 por ciento de los pobres de nuestro pais son niñes, y a pocos dias de arrancar un año con una ola de virus que no se va, las peores noticias son producto del abandono, donde siguen sin alcanzar las politicas publicas para las infancias y juventudes, y sobre todo, la ausencia de una reforma judicial con perspectiva feminista que de verdad atienda las necesidades de las pibas y los pibes.
Quienes estamos todos los dias en las calles, laburando en los barrios populares, seguimos poniendo el cuerpo, pensando estrategias de cuidado y sobre todo de defensa. Porque ante un poder judicial y policial que avala el abuso y la violencia contra les pibes, hay que defenderse. Porque contra la falta de políticas públicas hay que inventar propuestas. Porque ante el hambre de les pibes, abrimos comedores. Asi estamos, con mucho pulmon -y amor- sosteniendo, pero tambien con con mucha bronca, porque asi y todo, no alcanza.
Guada no está. Tehuel tampoco. Y les pibis siguen siendo asesinados por la policía y re victimizados por el poder judicial.
Estamos hartxs de no tener respuestas y llorar a nuestrxs pibis.
Ante la resignación y el abandono, decidimos poner el cuerpo. Siempre.
Por niñeces vivas, libres y dignas, Venceremos!
¡Ayudanos a difundir!
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